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El proceso de sanación requiere una entrega total y sin reservas. Es necesario abrirse a nuevas posibilidades y dejar atrás los patrones y creencias limitantes. Además, es fundamental confrontar los miedos y enfrentar los desafíos que puedan surgir en el camino hacia la curación. La verdadera sanación implica un profundo autoconocimiento y una conexión íntima con uno mismo. Solo de esta manera se puede experimentar una transformación completa y duradera en todos los niveles del ser.