No todas las madres aman, ni todos los padres defienden
No todos venimos por amor, fuimos no deseados, no esperados, no planeados aunque nuestros padres estaban casados, y en muchos casos producto de una violación
Hay madres enloquecidas que vuelcan en nosotros su ira y sus heridas.
Hay padres a quienes no les importamos ni antes, ni ahora, ni nunca
Hay hermanos crueles abusivos, violentos y que se creen con derecho sobre nosotros.
Hay hermanas que traicionan roban, hablan, envidian…
Hay hijos violentos, ingratos, distantes y abusivos con sus padres.
Hijos que no aman a sus propios padres que están con ellos porque les conviene o para obtener alguna ganancia.
Hay familias que nunca están o estarán para nosotros, solo cuando les conviene para seguir usándonos en nombre de la sangre que nos une.
Hasta que no dejemos de romantizar la estructura llamada familia, pareja, padres, hermanos
no podremos crecer, sanar y poner límites sanos.
Para sanar es necesario ver la sombra, el lado oscuro de nuestro árbol.
Toma fuerza y valentía para alejarte de lo que te ha dañado toda la vida.
El único remedio para sanar
Abraza tu dolor, deja de resistirlo para sanar.
A veces se me da por escribir mis reflexiones y no las hago publica a todas, solo algunas salen a la luz…